jueves, 12 de febrero de 2009

Sala I. Paleolítico.

Las vitrinas iniciales se dedican a las industrias en piedra correspondientes a los primeros humanos que habitaron la zona. Se trataba de grupos de cazadores y recolectores, que frecuentaban fundamentalmente las riberas del Guadalete, áreas muy propicias para la recogida de las materias primas para fabricar sus herramientas, así como para la caza y la recolección de vegetales. Igualmente, se presentan restos óseos de los animales que constituían sus piezas fundamentales.

Los instrumentos más antiguos corresponden al Paleolítico Inferior (500.000 a 100.000 años a. C.), caracterizado por cantos y lascas de gran tamaño para a fabricación de los útiles conocidos como bifaces, hendedores y triedros, la denominada tecnología Achelense. Esta industria corresponde a la especie humana del Homo Erectus, conocida en la Península Ibérica por los hallazgos de Atapuerca (Burgos).

El Paleolítico Medio (100.000 a 30.000 años a. C.) supone una transformación en los esquemas técnicos de los instrumentos de piedra. Aunque los modelos eran conocidos anteriormente, se generaliza el uso de útiles sobre fragmentos o lascas y rocas de mayor dureza como el sílex. El protagonista de estos útiles es el Hombre de Neanderthal, cuyos restos aparecen en zonas cercanas como el Peñón de Gibraltar.

El Paleolítico Superior (30.000 a 10.000 años a. C.) es la etapa histórica en la que aparecen en el Sur los humanos con una configuración anatómica similar a la nuestra. En la tecnología destaca el uso de láminas de sílex, con mayor longitud de filo cortante y ahorro de materia prima. Estos humanos son responsables de los conceptos artísticos que sobreviven en cuevas como La Pileta (Benaoján, Málaga).